Linux, el sistema operativo que controla el mundo, ya tiene 30 años. Un control, en el buen sentido: ayuda a gestionar las aplicaciones de los gobiernos, las centrales nucleares, los aeropuertos, y otros muchos servicios públicos.
En sus orígenes, la informática estaba en manos de las universidades, los militares y las grandes empresas. Ellos tenían el control y las licencias del software, y nadie podía usar las aplicaciones o los sistemas operativos sin su permiso, ni una licencia.
Richard Stallman, un genio de la programación que estudió en la Universidad de Harvard y trabajó en IBM y en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en labores de hacker de laboratorio, decidió dar un puñetazo sobre la mesa. El 27 de septiembre de 1983 envió el ya famoso email a sus colegas, con el lema “Free Unix!” (¡Unix Libre!), que dió pie al nacimiento del software libre:
“Considero que la regla de oro requiere que si un programa me gusta, debo compartirlo con otra gente que también le guste. Mi conciencia no me permite firmar un acuerdo de confidencialidad o una licencia de software“.
El sistema operativo más usado en los años 80 era UNIX, pero se trataba un sistema propietario. Stallman anunció la creación de GNU, una versión libre de Unix, y pidió ayuda a sus colegas para que participasen en su creación.
Él mismo desarrolló algunas de las herramientas de GNU. Pero le faltaba una cosa: el kernel, es decir, el núcleo del sistema operativo. Así se llama al código encargado de gestionar los recursos del hardware y facilitarlos a las distintas herramientas y programas del sistema operativo.
En 1991 otro programador, Linus Torvalds, se propuso crear el equivalente al kernel para GNU, y así el 25 de agosto de 1991 nació Linux, aunque no estaría disponible para descargar hasta unos meses después. Al principio se llamó GNU/Linux, pero coloquialmente perdió el encabezamiento.
Linux comenzó a ser usado masivamente no solo por los usuarios, sino también por los gobiernos y empresas, porque ahorraba pagar las caras licencias de UNIX y otro software propietario.
En la actualidad Linux controla los servidores de miles de compañías y servicios, desde todos los ordenadores de Google a la Estación Espacial Internacional, la Bolsa de Nueva York, el tráfico de San Francisco o los submarinos nucleares de Estados Unidos.
El propio Android, instalado en miles de millones de móviles y tablets, es un sistema operativo basado en Linux, del que toma buena parte de su código. Se calcula que más de 15.000 programadores han participado en el desarrollo de Linux.
En los últimos años, las principales aportaciones provienen de las empresas relacionadas con la telefonía móvil, que añaden mejoras a Linux para después trasladarlas a Android y con ello, a sus smartphones y sus apps.
Linux cumple 30 años plenamente consolidado. Uno de los escasos ejemplos en donde un producto libre y gratuito, se impone a las versiones comerciales y licenciadas.
Gracias a él Android es gratis, puedes usar Gmail o Google Maps sin pagar, y básicamente el mundo sigue girando, porque controla aspectos críticos como las centrales energéticas, los aviones, la Administración pública, o los satélites.
Fuente: https://computerhoy.com/noticias/tecnologia/linux-30-aniversario-920851